sábado, 20 de octubre de 2007

TRANSITO PESADO (NOTA DEL DIARIO LA NACION 16/03/06)

jueves 16 de marzo de 2006

TRANSITO PESADO (NOTA DEL DIARIO LA NACION 16/03/06)

Por Julio César Balbi Para LA NACION

Creer que en el caso de que no estuviesen cortando calles y avenidas los piqueteros se volvería más transitable el centro de esta ciudad es un error. Esta ciudad es intransitable en cualquier circunstancia. La ausencia de una mirada estratégica y de un plan maestro de tránsito ha llevado a nuestra ciudad a un colapso urbano.Un ordenamiento de tránsito debe contemplar todas las variables: la circulación de vehículos particulares, el transporte público y el modelo ambiental urbano. Los intentos orientados a descongestionarlo mediante el desaliento del uso de vehículos particulares han fracasado. Se han ensayado parches que no llevaron a ningún lado, con el marco de un Estado ausente. Mal puede desalentarse el uso del vehículo particular cuando el transporte público no alcanza a cumplir con los estándares de calidad y ordenamiento que corresponden.Algunos datos publicados por la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) dan dimensión a la importancia del problema del transporte público en la región metropolitana. Las siete líneas de ferrocarriles transportaron en 2005 un total de 376.612.561 pasajeros. Los subterráneos de nuestra ciudad, 232.055.540. Con relación al transporte automotor, en 2003 las 136 líneas de colectivos transportaron en la región un total de 1296 millones de pasajeros.Se trata de un universo de personas que padecen un servicio casi tan caótico como el tránsito mismo.Respirar los gases de una mala combustión, oír el ruido de las bocinas, llegar tarde al trabajo por causas ajenas a la voluntad son aspectos de un padecimiento que indica que también está colapsada nuestra calidad de vida.Para ejemplo de imprevisión y negligencia, lo que ocurre con la iglesia de San Ignacio. Patrimonio histórico y arquitectónico de nuestra ciudad, está oculto detrás de enormes puntales, para evitar que se desmorone. Sólo habría que pensar en recorridos diferentes de algunas líneas de colectivos. Sólo habría que planificar.La asimetría que se genera entre las concesiones ferroviarias, que se pueden tomar cinco años para pagar una multa, y las empresas de transporte automotor, que deben pagar antes de reclamar, expone la ausencia de una política de Estado para el transporte público. Es imposible controlar el desorden.Los llamados sistemas "integrados" de transporte ferroviario o de transporte automotor tienen de integrados sólo a sus cámaras empresariales. Es necesario pensar la región metropolitana estratégicamente. El ferrocarril, el subterráneo y las líneas de colectivos deben responder a una planificación estratégica que incluya tarifas, recorridos, horarios y calidad de servicio. Se debe considerar el transporte público desde su función social y su importancia para el desarrollo económico. El usuario no debe ser un rehén y se deben respetar sus derechos.El proyecto Transmillenium, en Colombia, el Trans-Santiago, en Chile, la experiencia de Curitiba, en Brasil, con su red de transporte integrado, son ejemplos. No es tiempo de siesta. Hay que trabajar pensando en la ciudad más allá de mañana.
*El autor integra la Asociación Civil Espacio Plaza.

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