Qué hacer con el caos del tránsito
Nota de Opinión, pág.35, Diario Clarín SAB 06/05/06
TRIBUNA
http://www.clarin.com/diario/2006/05/06/opinion/o-03502.htm
*Julio César Balbi Director del Ente Regulador
de Servicios Públicos, Ciudad de Bs. As.
El Estado no puede, por omisión, ser cómplice del caos. Su gobernabilidad depende en gran medida de la calidad de prestación en los servicios públicos. Entre ellos, el transporte público y el ordenamiento del tránsito resultan uno de los problemas más complejos a resolver desde la gestión de gobierno.Tomando como referencia la denominada Región Metropolitana, el transporte público de colectivos, servicio de trenes y subterráneos afecta una población de 12.045.921 de habitantes. La red de ferrocarriles ( 7 grupos) transportó durante el 2005 un total anual de 76.612.561 de pasajeros y la de subterráneos 232.055.540 pasajeros en el mismo período. El transporte público automotor para la Región Metropolitana, integrado por 100 empresas ( 136 líneas de colectivos) transportó la cantidad de 1.296 millones de pasajeros. Dichos guarismos hablan de la dimensión de este servicio público, aún no considerando el servicio de oferta libre ( taxis, remises y charters ). La responsabilidad pública del sistema recae en la Secretaría Nacional de Transporte y la de control es la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). En la Ciudad de Buenos Aires la Subsecretaría de Transporte y en la Pcia. de Buenos Aires la Dirección Provincial de Transporte que depende del Ministerio de Infraestructura, Planeamiento y Servicios Públicos. Dicha interrelación tiene como consecuencias superposiciones jurisdiccionales y la ausencia de un Plan Maestro Estratégico de transporte en la Región Metropolitana. Estas superposiciones obstruyen la aplicación de políticas de gestión que apunten a una adecuación y ordenamiento de estos servicios públicos; en particular cuando se trata de un conglomerado urbano como el de la Región Metropolitana. La planificación y control del tránsito y el transporte público debería, indudablemente, estar bajo responsabilidad exclusiva de la Región. La emergencia cotidiana reclama un nuevo ordenamiento institucional con bases metropolitanas (Ente Tripartito de Tránsito y Transporte Público) cuyas competencias asignadas se podrían resumir en la planificación de las infraestructuras, la programación de las inversiones y su financiación. La previsión, planificación y la disminución del riesgo deben ser simultáneas a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de nuestra Región Metropolitana.
Nota de Opinión, pág.35, Diario Clarín SAB 06/05/06
TRIBUNA
http://www.clarin.com/diario/2006/05/06/opinion/o-03502.htm
*Julio César Balbi Director del Ente Regulador
de Servicios Públicos, Ciudad de Bs. As.
El Estado no puede, por omisión, ser cómplice del caos. Su gobernabilidad depende en gran medida de la calidad de prestación en los servicios públicos. Entre ellos, el transporte público y el ordenamiento del tránsito resultan uno de los problemas más complejos a resolver desde la gestión de gobierno.Tomando como referencia la denominada Región Metropolitana, el transporte público de colectivos, servicio de trenes y subterráneos afecta una población de 12.045.921 de habitantes. La red de ferrocarriles ( 7 grupos) transportó durante el 2005 un total anual de 76.612.561 de pasajeros y la de subterráneos 232.055.540 pasajeros en el mismo período. El transporte público automotor para la Región Metropolitana, integrado por 100 empresas ( 136 líneas de colectivos) transportó la cantidad de 1.296 millones de pasajeros. Dichos guarismos hablan de la dimensión de este servicio público, aún no considerando el servicio de oferta libre ( taxis, remises y charters ). La responsabilidad pública del sistema recae en la Secretaría Nacional de Transporte y la de control es la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT). En la Ciudad de Buenos Aires la Subsecretaría de Transporte y en la Pcia. de Buenos Aires la Dirección Provincial de Transporte que depende del Ministerio de Infraestructura, Planeamiento y Servicios Públicos. Dicha interrelación tiene como consecuencias superposiciones jurisdiccionales y la ausencia de un Plan Maestro Estratégico de transporte en la Región Metropolitana. Estas superposiciones obstruyen la aplicación de políticas de gestión que apunten a una adecuación y ordenamiento de estos servicios públicos; en particular cuando se trata de un conglomerado urbano como el de la Región Metropolitana. La planificación y control del tránsito y el transporte público debería, indudablemente, estar bajo responsabilidad exclusiva de la Región. La emergencia cotidiana reclama un nuevo ordenamiento institucional con bases metropolitanas (Ente Tripartito de Tránsito y Transporte Público) cuyas competencias asignadas se podrían resumir en la planificación de las infraestructuras, la programación de las inversiones y su financiación. La previsión, planificación y la disminución del riesgo deben ser simultáneas a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de nuestra Región Metropolitana.
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